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83. Cómo te puede ayudar el Big Data a hablar mejor en público

big data hablar en público

El San Francisco Call and Post del 17 de agosto de 1921 abrió con el siguiente titular en su portada:

La ciencia indica que Hightower es culpable.

La historia detrás del titular es siniestra a la par que relevante en la hoy en día consolidada relación entre las ciencias del comportamiento y las máquinas.

Comienzos de la relación humanos-máquinas

John Augustus Larson nació en Nueva Escocia en 1892. Estudió biología y se interesó después por la ciencia forense. En 1920 se doctoró en fisiología, y ese mismo año también se convirtió en oficial de policía de Berkeley en California.

Desde que ingresó en la policía, una de sus grandes obsesiones fue tratar de llevar los avances tecnológicos que la medicina forense había logrado en la época para monitorizar a una persona mientras era interrogada.

Y en la época, esos avances se reducían a un aparato para hacer un test de presión sanguínea sistólica que inventó William Moulton Marston.

El interés de Larsson por aquel aparato le llevó a trabajar duro en una versión portátil y avanzada de la máquina de Moulton, que conseguía además hacer lecturas continuas en la presión en sangre, lo cual era un significativo avance respecto a su heredera.

Corría el año 1921 cuando Larsson estaba enfrascado en sus artilugios cuando una noticia sacudió la pequeña localidad de Colma en California.

El sacerdote local Patrick Heslin había sido asesinado.

El asesino había sido William Hightower, quien había urdido una trama antes de ser detenido que incluía un cadáver escondido y notas de secuestro con peticiones de dinero por el rescate, y todo ello construido de forma tan chapucera, que la policía rápidamente catalogó al autor como un posible demente.

Con William Hightower detenido, el San Francisco Call and Post fue capaz de organizar un encuentro que seguramente satisfacía los mejores sueños de Larsson.

El forense ya había creado en la época una máquina capaz de monitorizar la respiración, el pulso y la conductividad de la piel. Larsson llamó a la máquina cardio-neumo psicograma, que pronto pasaría a la historia conocida como el polígrafo.

El aparato se usó para medir la honestidad de las respuestas de William Hightower, y el resultado, aunque no fue aceptado como prueba en el juicio, fue la primera documentación del paso de un criminal por el polígrafo.

La ciencia indica que Hightower es culpable, decía el titular del San Francisco Call and Post de aquel 17 de agosto.

Además del llamativo titular, el periodista que redactó la noticia pensó que incluso polígrafo era una palabra complicada y poco llamativa para el revolucionario aparato, y de su pluma y genio nació el apodo que todos conocemos: el detector de mentiras.

La tecnología está revolucionando las presentaciones

Mucho ha evolucionado la relación de los seres humanos con las máquinas desde nuestros primeros escarceos con el polígrafo.

En el episodio 68 del podcast hablo de cómo las de tecnologías están revolucionando el mundo de las presentaciones.

Por ejemplo, mencionaba que herramientas como Powerpoint están incluyendo funcionalidades como el Presenter Coach, que hacen lecturas, más o menos precisas, de una presentación que le hagas al programa, para darte algo así como una evaluación de tu discurso.

El resultado se parece a lo siguiente:

Presenter coach

Hablamos de tecnología basada en el machine learning, capaz de medir el desempeño de una persona al hacer una actividad que puede parecer tan compleja como dar un discurso.

La base de esa tecnología es la idea de almacenar y combinar millones de datos que puedan relacionarse después para dar con evaluaciones e incluso sugerencias de mejora.

En otras palabras, aplicar el Big Data, en este caso, para mejorar tus habilidades de comunicación.

Aparece el Big Data en el mundo de las presentaciones

Tirando del hilo he dado con un proyecto que trabaja en ese terreno.

Quantified Communications es una empresa que se dedica al coaching comunicativo, usando lo que ellos denominan la inteligencia conversacional más avanzada del mundo.

Este es un proyecto liderado por otro curioso inventor, en este caso llamado Noah Zandan:

Resulta que este ingeniero de datos empezó su carrera haciendo análisis cuantitativo en Wall Street para conseguir que las empresas cerrarán contratos millonarios.

Trabajando en ese puesto, reflexionó y se dio cuenta de que había otra forma para que las empresas lograran esos contratos, alejada, en apariencia, de algoritmos y datos

Se trataba de que sus líderes transmitieran la visión de sus empresas de forma efectiva.

Así que como buen ingeniero empezó a desgranar aquella idea:

¿Cómo comunica un o una lider su visión de forma efectiva?

Empezó a recopilar millones de datos sobre el tema, con la idea de construir una base de datos masiva sobre la comunicación de las personas.

En sus propias palabras, procesó millones de piezas de información, que incluían texto, audio o vídeo.

Y en paralelo, analizó qué era lo que las audiencias valoraban para concluir si una persona comunicaba de forma efectiva o no.

Con todo lo anterior construyó software para analizar la forma de comunicar de las personas, para que estas consigan conectar con sus audiencias.

Para hacerlo usa tecnología que procesa el lenguaje, analiza la fonética o reconoce los gestos y las expresiones faciales.

Y del análisis de más de 100.000 presentaciones de ejecutivos, políticos y ponentes profesionales, la tecnología de Zandan ha sacado conclusiones muy interesantes.

El patrón de análisis de la comunicación desde el que trabaja el equipo de Quantified Communications se basa en el trabajo de Albert Mehrabian, que propuso las 3 V´s de la comunicación:

  • Verbal
  • Vocal
  • Visual

Y a ese patrón Quantified le añade una cuarta V, que corresponde a vital.

Del análisis de esos millones de datos a través del Big Data, esta empresa también ha sacado ciertas cifras, conclusiones y consejos que pueden ayudarte también a ti a comunicar de forma efectiva.

Veamos cuáles son en cada una de esas V´s de su patrón:

Verbal

Se trata de la elección concreta de las palabras que usamos para comunicar algo.

Analizando llamadas en las que las compañías informaban sobre su estado financiero, Quantified descubrió que la elección de esas palabras para comunicar el estado de la compañía afectaba posteriormente en un 2.5 % al precio de las acciones de esa compañía.

Y desde el análisis de aquellas personas que mejor hacían esas llamadas concluyeron lo siguiente:

1. El uso de las palabras debe adecuarse a la audiencia y al contexto

Esto tiene que ver con medir la formalidad de tu lenguaje, y evitar la jerga si el público puede que no la entienda.

Como consejos concretos, trata de definir siempre términos que estés usando en una presentación si crees que alguien en la audiencia puede no entenderlos.

También puedes cotejar previamente el contenido de lo que digas o escribas con alguien que podría estar entre tu audiencia, para dar con las palabras más adecuadas o descubrir algunas que pueda no entender.

2. Habla de forma clara y concisa

Las investigaciones del equipo de Zandan apuntan a que los buenos comunicadores tienden a ser más concisos que la media.

Uno de los errores a evitar es tratar de hablar como escribimos. Si escribes un discurso, tenderás a usar estructuras más elaboradas y no tendrás en cuenta recursos vitales que usamos al hablar, como son, por ejemplo, las pausas.

Un truco puede ser repasar el contenido con alguien y pedirle que te parafrasee tus puntos principales, cuando los escuches de su boca puede que percibas una forma más oral de decir lo que tú has escrito.

Vocal

La segunda V, que se refiere a lo vocal, es decir, todo lo que tiene que ver con volumen, tono o cadencia entre otros.

El gran villano aquí es la monotonía, y los datos parecen demostrarlo. Según Quantified un simple aumento de la variedad vocal en un 10 % puede tener también un significativo aumento en el impacto de tu mensaje.

Trata de conseguir esa variedad vocal incluyendo primero palabras que muestren emociones, por ejemplo “emocionado, valioso o retador”.

Después, intenta trasladar a esas palabras variaciones vocales conectadas con su significado.

Un segundo elemento que influye en este contexto de lo vocal es el uso de muletillas o palabras de relleno.

Ya sabes, eh, ah, bueno, pues…

Este tipo de palabras distraen a la audiencia y hacen tu comunicación menos fluida, esto es una obviedad.

La forma de suprimirlas quizás no sea fácil, pero sí posible. A lo que añado que no pretendas suprimir todas esas muletillas, porque muchas de ellas la audiencia no las notará.

En los cursos de oratoria que imparto soy muy riguroso con las muletillas al inicio de un discurso, porque esas si pueden suprimirse fácilmente y hacen mucho más elegante el arranque de tu charla.

El truco es tener en la mente la palabra con la que quieres empezar y que esa sea la primera que salga de tu boca.

A partir de ahí puedes entrenar tratando de sustituir muletillas por pausas, repito, es un trabajo algo costoso, pero ahora ya sabes que los datos nos dicen que vale la pena hacerlo si quieres comunicar de forma efectiva.

Visual

Seguimos con nuestra tercera V, lo visual, que se refiere sobre todo a aquello que comunicas con tu cuerpo.

Por lo que dicen estudios citados por el propio Zandan, en torno al 83% del aprendizaje humano ocurre visualmente.

Tu comunicación no verbal marca la línea entre que la audiencia confíe en ti y tu mensaje, o no lo haga, por lo que es elemental prestar atención a cuestiones como la postura, los gestos o la mirada.

Respecto a la postura, existen algo así como dos modos:

  • Posición base
  • Gestos amplificadores

La posición base es la que tendrás si estás en el escenario y no estás hablando, por ejemplo, cuando alguien te está presentando, o si estás hablando pero no quieres enfatizar demasiado algo a través de tus gestos. Por ejemplo, cuando estás gesticulando de forma natural sin prestar atención a lo que hacen tus manos.

Una buena posición base es la siguiente:

Pies firmes en el suelo, no demasiado juntos ni separados, buscando equilibrio. Espalda y hombros rectos, los brazos cayendo de forma natural a la altura de las caderas, pero que estén levemente activos, es decir, que no caigan demasiado haciendo que tus hombros también se encorven.

Es una postura en la que tus manos y brazos deben sentirse preparados para gesticular de forma natural, o deliberada.

Esa forma deliberada de gesticular es la que corresponde a los gestos amplificadores, aquellos que salen del tronco y pueden ser muy expansivos, como cuando dices que algo es muy grande, o más sutiles, como cuando levantas tu mano para enumerar.

Respecto a la mirada, es la forma que tienes como ponente de conectar con el público y hacerles partes de tu historia, para que esta se convierta en vuestra historia.

Así que de forma general, no olvides mirar de izquierda a derecha y de delante atrás a todo el público, incluso contando algo a alguien puntualmente mirándole fijamente.

Este es un delicado equilibrio para que esa persona a la que miras se sienta incluida en tu discurso, pero no demasiado intimidada.

Vital

Terminamos con la V que se refiere a la parte vital, que los de Quantified utilizan para analizar todo lo relacionado con la autenticidad.

Y es que el equipo de Zandan ha descubierto que los ponentes más auténticos, son considerados 1.3 veces más dignos de confianza y 1.3 veces más persuasivos que la media.

Vamos, que si eres más auténtico el público confía más en ti y eres capaz de persuadirlos más.

Y claro, aquí entramos en un terreno delicado, el de mostrar pasión por un tema.

Lo cierto es que mostrar pasión si estás presentando las cuentas del trimestre quizás no sea sencillo, pero dependiendo de las circunstancias, si creo que es necesario.

Por ejemplo, si estás en una sesión de formación, creo que es difícil trasladar las ganas de aprender a tu audiencia si no hay un mínimo de pasión en cómo comunicas.

O si estás haciendo una charla sobre un descubrimiento que has hecho, o un tema que te interesa verdaderamente, creo que tu forma de comunicar debe estar impregnada de una alta energía.

Lo que a ti no te motiva, rara vez motivará a tu audiencia.

Dicho esto, mostrar autenticidad también tiene que ver con conectar con aquello que ayuda a tu audiencia y hacer un ejercicio de empatía para recordar en todo momento que tú estás ahí por y para ellas y ellos.

Puedes usar historias que recuerden que tú también estuviste un día donde están ellos, también les puedes hacer participar en tu charla, dejando que te pregunten o incluso acercándote físicamente a ellos.

En definitiva, tratar de romper esa barrera virtual que a veces parece existir entre ponente y audiencia, siempre, eso sí, de forma honesta y genuina.

En resumen

Ten en cuenta todos estos signos verbales, vocales, visuales y vitales en tus siguientes presentaciones.

Porque la tecnología nos confirma que son las teclas que tocan las y los grandes comunicadores para que su música suene afinada cuando suben a un escenario, y logren cautivar o convencer a su público.

Y, qué demonios, porque no nos olvidemos de que comunicar supone simplemente conectar unas personas con otras, y por el momento no hay máquina que pueda hacer eso mejor de lo que lo hacemos los propios humanos.

Recursos mencionados

Cursos Presento.es

Quantified Communications

5 tecnologías que están a punto de revolucionar las presentaciones


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