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90. Cómo convertir en sexy un tema soporífero

cómo hacer un tema interesante

Un trámite aburrido.

Así resumiría mi paso por la universidad para convertirme en Diplomado en Turismo.

Tengo que asumir que me corresponde bastante mérito en lo anterior, porque recuerdo mi post-adolescencia como un época confusa en la que era complicado comprometerme a nada.

No era el alumno más aplicado y participativo, desde luego.

Pero de lo que guardo peor recuerdo es de lo soporíferas que resultaban muchas clases.

Una profesora o un profesor que activaba el modo clase magistral, y se dedicaba a hablar durante una hora mientras el resto tomábamos apuntes.

Digo tomábamos, pero yo dejé de hacerlo el segundo día, claro.

La cuestión es que repasando mentalmente el temario de las asignaturas de aquella carrera, hay temas que ahora me parecen interesantes:

  • Economía
  • Geografía
  • Marketing

Sobre esos temas he leído varios libros o he hecho cursos en los últimos años.

¿Qué ha pasado?

¿Por qué entonces no me interesaron y años después si?

Repito que no voy a escamotear mi responsabilidad en ello.

Hay un proverbio que dice:

Cuando el alumno está listo, aparece el maestro.

La vida nos hace evolucionar e interesarnos por temas diferentes en cada etapa, y esto me parece muy bonito.

Pero lo cierto es que la forma en la que enseñamos o nos enseñan, influye mucho en cómo la persona que tiene que aprender interactúa con la materia que corresponda.

¿Podrían haber hecho algo los profesores para tratar de hacer más interesantes las materias de mi carrera?

Definitivamente.

Así que descubramos cómo convertir esos temas en sexys y cautivadores.

Por cierto, como es muy subjetivo decidir qué temas son interesantes y cuáles no, haremos nuestras las palabras de Chesterton como guía:

No hay temas aburridos, si no mentes desinteresadas.

Así que veamos 7 propuestas con las que conseguirás incluso despertar a las mentes desinteresadas.

1. Empieza con el por qué

Simon Sinek es un conferenciante y escritor inglés que se hizo famoso hace ya muchos años por una charla que tenía precisamente este título.

Start with why o empieza con el por qué.

 
La idea principal de la charla es que las y los grandes líderes o empresas, consiguen sus logros siguiendo un patrón.

Piensan, actúan, y sobre todo comunican con algo así como una fórmula que incluiría tres palabras: qué, cómo y por qué.

Ese patrón lo ilustró en un círculo con 3 esferas que denominó el círculo dorado, en el centro del cual estaba el porqué.

De esta forma, ese porqué sería la base a partir de la cual construir la razón de ser de una empresa o persona, y por supuesto toda pieza de comunicación.

Pone el ejemplo de Apple.

Apple crea todos sus productos con una premisa, un por qué, que sería:

Todo lo que hacemos lo hacemos cuestionando el status quo o cómo las cosas se hacen actualmente.

De ahí su famoso claim:

convertir en atractivo un tema aburrido

Así, cuando Alicia compra un iphone, no compra simplemente un teléfono, hay muchas compañías que los hacen, y más baratos.

La clave es que Apple ha conseguido que Alicia crea en lo que ellos creen.

Alicia también quiere cuestionar el status quo, también quiere pensar diferente, por eso compra a Apple.

Repito, todo esto parte de dejar claro de inicio el porqué.

Ahora, tratemos de aterrizar algo de lo anterior a un terreno práctico.

Imaginemos que eres un contable y tienes que presentar las cuentas del trimestre.

¿Cómo podrías crear una charla que parta del porqué para hacer el tema interesante desde el minuto 1?

Si la clave es hacer que tu audiencia crea en lo que tú crees, se me ocurre que podrías pensar en las repercusiones que tienen las cuentas para el personal de tu empresa.

Eso suena a una buena respuesta a ¿por qué son las cuentas importantes?

Quizás en lugar de empezar tu discurso diciendo…


Voy a presentar las cuentas del periodo que corresponde a octubre, noviembre y diciembre.


Podrías empezar con lo siguiente:


Si seguimos ajustando el gasto como lo hemos hecho el trimestre anterior, puede que a mitad de año los de marketing podáis aumentar presupuesto en publicidad y los comerciales podáis renovar los coches, y por supuesto, tendremos fondos para cambiar de una vez la cafetera de la cocina.

Voy a explicar cómo hemos hecho esto posible en los últimos 3 meses.


Y aquí va la tarea para ti:

¿Cómo podrías empezar alguna de tus charlas con el por qué?

2. Sé el más motivado por el tema

Si quieres generar interés en un tema, tienes que ser la primera persona que demuestre que ese tema es interesante.

Esto es una obviedad pero es así de cierto.

Partir de ese campamento base es condición necesaria para llegar a territorio sexy.

Cuando dominas perfectamente un tema, eres capaz de verlo y entenderlo desde prismas muy diferentes, y por lo tanto, la forma de explicarlo de manera interesante se multiplica.

Hans Rosling era un médico sueco dedicado a la salud internacional.

Se hizo famoso por sus charlas TED en las que mostraba la evolución de la población del planeta en gráficos de burbujas que explicaba usando algo así como una lanza de madera enorme.

La puesta en escena ya era diferente, interactuando con los apoyos visuales de esa forma tan particular, pero otra de sus características era la pasión y motivación que mostraba sobre el tema.

Había momentos en los que sus gráficos se movían en tiempo real, por ejemplo, enseñaba la evolución de la población humana a lo largo de las décadas.

Y mientras el gráfico se movía él lo iba siguiendo apoyado en la pantalla, transmitiendo lo que pasaba cual comentarista deportivo de forma efusiva.

 
Al ver una de sus charlas te das cuenta de lo que transmite, y recuerdo que es un ponente hablando de la evolución de la natalidad en el mundo.

Y sobre todo escucharás al público entregado, completamente contagiado por su pasión.

El bueno de Rosling desde luego que sabía convertir en sexy cualquier tema, por eso hablaré después de nuevo de él, y por eso te invito a analizar sus charlas, porque son una fuente de inspiración y creatividad.

Apasionarte sobre el tema que presentas también creo que implica no bajar la guardia al explicarlo.

Cuando sabes mucho sobre un tema, puedes caer en la maldición del conocimiento, y explicarlo de una forma incomprensible para tu audiencia porque no tiene los antecedentes o conocimientos que tienes tú.

O puedes simplemente dejarte llevar y explicar el tema como lo has hecho siempre, sin darle media vuelta creativa.

Ambos caminos tienen un precio, que es la posibilidad de aburrir a tu audiencia o aburrirte tú.

Por eso, si sabes mucho sobre un tema, trata de apalancar ese conocimiento para conseguir procesarlo de forma diferente y pensar en maneras de transmitirlo creativas, disruptivas o, por qué no, controvertidas.

Hablaremos más adelante de estrategias concretas, pero en lo que corresponde a la energía y motivación, también puedes poner a tu favor un par de trucos:

  • Presentar de pie (proyecta dinamismo y permite movimientos)
  • Que haya suficiente iluminación (poca luz invita a dormirse, sobre todo después de comer)
  • Adaptar el espacio (la distribución de una sala en formato escuela, con mesas, genera una barrera, mientras que en U conecta más a ponente y público)

También puedes ser disruptivo y pensar en formas creativas de distribuir a la audiencia, por ejemplo, si la sala lo permite sentados en el suelo.

3. Muestra más di menos

Esta traducción mediocre que he hecho de la frase en inglés Show don’t tell, destila en realidad la misma idea que la frase: una imagen vale más que mil palabras.

Y abre el melón de las demostraciones.

Siempre que la situación o la materia acompañe, una demostración es la mejor manera de explicar algo, especialmente si es el funcionamiento de una máquina o un programa o solución digital.

De esto saben mucho los de la teletienda, que construyeron en su día todo un imperio a base de charlatanes que te enseñaban, por ejemplo, como un cuchillo podía cortar una lata y después un tomate.

Pero sin caer en métodos de dudosa ética, son muchos los ejemplos de charlas que se alimentan de este poderoso recurso para darle un toque de dinamismo a un tema.

Por ejemplo Walter Lewin es un astrofísico holandés y ex profesor de física en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Hay muchos ejemplos del tipo de clases que daba el profesor y que desde luego, conseguían hacer sus clases de física todo menos aburridas.

Y aprovechando la fuerza de la gravedad, volvamos a la tierra para tratar de encontrar usos prácticos de las demostraciones en charlas que tengamos que hacer en nuestro día a día.

Si presentas un producto o servicio que se puede enseñar, te resultará sencillo valerte de una demostración en tus intervenciones.

Si se trata de una idea o de un tema aparentemente poco sexy, como las cuentas del trimestre anterior, puedes buscar maneras alternativas de crear una demostración.

Por ejemplo, si no es fácil de hacer la demostración in situ, podrías proyectarla.

En la siguiente charla, el niño Richard Turere explicaba un mecanismo que había inventado para ahuyentar los leones del terreno que su familia tenía en un pueblo de Kenia.

Lo que hace es narrar una demostración que proyectaba en la pantalla en forma de fotos y vídeos, demostrando, en concreto, cómo funcionaba el mecanismo de luces que había inventado.

Sencillo pero efectivo.

 
En caso de hablar de temas que se presten menos, en teoría, a una demostración, tendrás que tirar de creatividad y pensar en cómo puedes construirte tu demostración.

Se me ocurre, que al presentar las cuentas del trimestre, podrías proyectar una imagen de una cocina flamante de una empresa, y, como te decía antes, explicar que ese puede ser el futuro de la empresa si las cuentas siguen por el camino actual.

De esta forma estarás proyectando a la audiencia hacía un futuro que podría conseguirse, creando algo parecido a esa demostración.

4. Varía el ritmo y el contenido

En general al hablar en público para mantener el interés la clave es la alternancia, huir de la monotonía.

Si tu tema es de los que cotizan a la baja en el molometro, lo anterior es aún más necesario.

Tu objetivo en este punto es conseguir romper la monotonía que incluso la audiencia puede estar esperando, al saber el tema del que se hablará.

En otras palabras, tienes que tratar de sorprenderles.

La herramienta clave para ello es la variación del ritmo y del contenido.

Puedes variar el ritmo de forma literal, aquí será clave que haya «momentos Rosling», donde te vienes arriba y aceleras el discurso o incluso aumentas tu volumen, combinándolos con momentos más sosegados en los que el ritmo disminuye.

Y ese ritmo también variará cuando introduzcas contenido en diferentes formatos.

En ciertos puntos de tu charla puedes parar, y por ejemplo, hacer una encuesta con programas como Mentimeter, con los que la audiencia hace votaciones simples desde su móvil.

En esas paradas también puedes proyectar un vídeo, una noticia, una imagen sorprendente, o si te animas, puedes contar una historia relevante.

Repito, la clave será conseguir variación.

Si dibujáramos un gráfico del contenido de tu charla, tendrías que asegurarte de que no sea una línea recta que quiera decir que solo has incluido palabras en un mismo ritmo.

El gráfico debería ser más bien una consecución de picos, que rompan esa monotonía, donde cada pico puede ser un vídeo, una historia, una votación, o lo que se te ocurra.

convertir en atractivo un tema aburrido II

5. Haz que la audiencia participe

Vamos a tirar del hilo de la idea anterior para extenderlo.

Si tu tema es durete, y se da el caso, las dinámicas participativas son tus aliadas para conseguir que la audiencia se enganche.

Hemos hablado de esas pequeñas interacciones, como hacer una encuesta con software online, pero yo incluso trataría de que la audiencia se mueva.

Quizás esa votación la puedes plantear pegando folios en la pared y con pegatinas de puntos para que la audiencia vote.

Siguiendo con el ejemplo de la presentación de cuentas del trimestre.

Imagina que entras en la sala y el ponente te dice:


Coge unas cuantas pegatinas, lee las preguntas de los folios de la pared y responde pegando una pegatina en la respuesta que creas correcta.


Y en los folios de la pared hay preguntas del tipo:

  • ¿Cuál crees que ha sido el beneficio este trimestre?
  • ¿Cuánto crees que hemos gastado en agua en diciembre?

Serías el contable molón, te lo adelanto.

Lo bueno es que estás dinámicas pueden combinarse con la idea del punto anterior, y usarlas a lo largo de la charla parando en momentos puntuales.

Esas paradas podrían suponer que hagan un ejercicio solos o en pareja, que se levanten y trabajen en grupos, y en definitiva cualquier actividad, eso sí, relacionada con el tema que presentas.

Con ello conseguirás conectar a la audiencia con el tema a través de una experiencia más participativa y menos explicativa.

6. Usa el humor

Quizás en este punto estás pensando:

Ya estamos con lo de siempre, con la turra de usar el humor.

Pero es que esta vez es fundamental.

Si hablamos de tratar de convertir un tema tedioso en sexy, seguramente el mejor recurso es tratar de amenizarlo con humor.

De hecho, si lo piensas, la mayoría de lo que hemos visto hasta ahora implica el uso de humor.

Si has visto las charlas de Hans Rosling, en ellas siempre se escuchaba como la audiencia al ver una persona tan motivada, se reía.

Cuando varias el contenido o facilitas la participación de la audiencia, el tono que se genera es mucho más distendido, de una u otra forma todo es parte del humor.

Teniendo esto en cuenta, si te animas, puedes contar alguna anécdota o historia graciosa, pero en realidad todo puede ser más sencillo.

Por ejemplo, siempre que la situación y el tono lo permita, puedes buscar fotos, memes o vídeos graciosos relacionados con el tema y proyectarlos en un momento concreto.

Repito mi punto de vista, porque he visto diapositivas supuestamente graciosas fuera de lugar que han hecho que cayera de mi frente una gota de sudor.

Mide el tono y el contexto del lugar en el que presentas, y sobre todo, si quieres convertir en ameno un tema tira de estos recursos.

En general, diría que las historias o anécdotas graciosas narradas por ti como ponente tendrían cabida en casi cualquier situación y ambiente.

7. Sorprende con tus apoyos visuales

Hans Rosling se dedicó a la divulgación siempre de una forma creativa y amena, y desde luego pedagógica.

La mayoría de las veces los hizo usando apoyos visuales llamativos.

Rosling se convirtió en un maestro de la visualización de datos complejos de forma brillante.

Por ejemplo, en la siguiente charla muestra la evolución de la población mundial construyendo un gráfico físico con cajas.

Una caja representa 1000 millones de personas, y delante de la caja pone un objeto, por ejemplo unas chancletas, y con eso quiere decir que esos 1000 millones de personas tienen acceso a los recursos más básicos.

Después pone otra caja, que representa 1000 millones de personas más, en este caso con un poder adquisitivo algo superior, por lo que delante de la caja pone un coche, que es un bien al que pueden aspirar.

 
Y por supuesto, Rosling parte de algo que ya hemos dicho para construir la charla; de la pasión y el conocimiento por la materia.

Pero lo que hace grande esa charla es cómo sorprende con los apoyos visuales, que puede inspirarte a ti también si quieres darle un toque mágico a un tema tedioso.

Básicamente podemos pensar en 2 tipos de apoyos visuales:

Si usas proyecciones, hay varias maneras de sorprender porque la media de diseño de proyecciones es tan baja en general, que es fácil que seas creativo.

Incluso puedes optar por el atajo y hacer el curso de diseño de presentaciones de Presento, en el que aprenderás, de una vez, todo lo básico que tienes que saber sobre cómo diseñar una presentación elegante y persuasiva, que sorprenda a la audiencia y proyecte una imagen más profesional de ti:

CURSO DISEÑO DE PRESENTACIONES BÁSICO

Presento.es

Conoce los errores comunes al diseñar una presentación y aprende a corregirlos de forma estética y armónica, sean cuales sean tus conocimientos: Diseño para no diseñadores.

Allá van  algunas ideas:

¿Por qué no proyectar solo imágenes en toda tu presentación? Ni una palabra, solo fotos en alta definición.

O usar frases impactantes o sorprendentes en tipografías enormes.

Por ejemplo, nuestro contable podría abrir su presentación con una dispositiva que dijera:

¿Tendremos cafetera nueva en abril?

Después explicaría que si mantenemos los gastos en la misma línea tendremos remanente como para cambiar la cafetera etc.

Pero, a lo que te invito es a que pienses también en apoyos visuales en forma de objetos, porque son los más impactantes.

Establecer comparativas con objetos suele ser sencillo y efectivo.

Por ejemplo, nuestro contable podría sacar un billete de 5 euros y decir que si ese fuera el beneficio del año pasado, este año hemos conseguido (haría una pausa dramática), y sacaría un billete de 10, mostrando que se han duplicado esos beneficios.

En fin, ya ves que este es un ejemplo algo banal, pero las posibilidades son infinitas.

La científica Jill Bolte Taylor sacó un cerebro humano real en una charla TED, o el cocinero Jamie Oliver una carretilla llena de azúcar que volcó en medio del escenario.

El poder que tienen los objetos en una presentación es brutal, y desde luego que pensar en formas creativas de introducirlos en una charla para darle un toque fresco a un tema ladrillo es camino seguro de éxito.

Bienvenid@ a territorio sexy

Sea cual sea el tema que te toque presentar, ahora ya sabes que siempre podrá ser más cautivador si tienes en cuentas lo siguiente:

1. Empieza con el por qué
2. Sé el más motivado por el tema
3. Muestra más di menos
4. Varía el ritmo y el contenido
5. Haz que la audiencia participe
6. Usa el humor
7. Sorprende con tus apoyos visuales

¿Qué otros recursos se te ocurren para convertir en sexy un tema soporífero?

Te leo en los comentarios.


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