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La fórmula para superar el miedo a hablar en público

Superar el miedo a hablar en público son palabras mayores, y si has llegado hasta aquí atraído por la palabra fórmula, te mereces que vaya al grano, con lo que no te haré esperar más:

Práctica + Preparación + Estructura = Disfrute escénico

Como toda buena fórmula, está también parece obvia, pero requiere explicación, para averiguar de qué manera puede llegarse desde el miedo escénico hasta el disfrute, a través de la práctica, la preparación y la estructura.

En realidad, esa esa fórmula esconde algo que incluso te resultará más efectivo, un método.

Hablar en público son 3 palabras catalizadoras de sensaciones, que además en muchas ocasiones relacionas con experiencias negativas.

Cada vez que hablo con alguien, y en cualquier contexto menciono las 3 palabras “del demonio”, veo como la persona abre los ojos repentinamente, su respiración se corta y de su boca salen respuestas del tipo:

  • Uff…
  • A mi me da pánico.
  • Yo es que lo paso fatal.

¿Te sientes identificado con esas reacciones?

No dedicaré demasiado tiempo a explicarte que…

A) Se trata de una habilidad y todo el que habla bien en público algún día lo hizo mal pero aprendió practicando.

B) Esa práctica te lleva a que el nivel de ansiedad disminuya.

C) Vas a tener que hablar en público muchas veces en tu vida de todos modos, con lo que mejor que aprendas cómo hacerlo cuanto antes y te ahorres años de padecimientos.

Práctica, Preparación y Estructura, es en realidad un método, porque puedes utilizarlo para encarar tu proceso de aprendizaje hacia convertirte en mejor ponente.

Para hacerlo, como con toda habilidad, requiere que pienses en desarrollar una estrategia a largo, medio y corto plazo.

Superar el miedo a hablar en público; la fórmula de 3 pasos…que es un método

1- Práctica = largo plazo

Piensa en cualquier habilidad en la que hayas mejorado en tu vida, andar en bici, aprender a esquiar o jugar al Pokemon Go.

Ahora recuerda el primer día que hiciste cualquiera de esas actividades.

¿Cuál fue la clave de tu mejora?

Siendo rigurosos quizás una combinacion de factores, pero me aventuro a asegurar que en todo caso, existía un denominador común; la práctica.

La conclusión es simple, si quieres mejorar tu habilidad para hablar en público, necesitas acumular “horas de vuelo”.

Tienes que practicar regularmente, pensar en el largo plazo y asumir que debes exponerte, de forma cómoda y controlada, a estímulos que supongan incorporar situaciones que se repetirán en el futuro.

Y como te dirían en el gimnasio, lo recomendable es que lo hagas, al menos, una vez a la semana.

En resumen, para hablar mejor en público…tienes que hablar en público.

¿Cómo? Incorporando a tu vida alguna actividad que requiera constancia y regularidad, exactamente igual que si fueras a ese gimnasio para mejorar tu forma física.

Ahí van 3 alternativas:

  • Apúntate a un club de Toastmasters.
  • Apúntate a clases de teatro.
  • Apúntate a clases de lectura interpretativa.

2- Preparación = medio plazo

¿Que pasa si ya sabes que tienes que hacer una presentación en los próximos meses?

Si dispones de ese tiempo para preparar un presentación, nos hemos trasladado al terreno del medio plazo, tus clases de teatro te darán tablas para el gran día, pero la realidad es que hay que ponerse manos a la obra y crear esa presentación.

¿Cómo encararla para que disminuya la ansiedad que te genera el mero hecho de pensarlo?

Correcto…preparación.

Creo que el conocimiento contenido en las aparentes obviedades es infinito, ya que decir a alguien simplemente “que se prepare” una presentación como consejo, puede sonar tanmanido como recomendarle que salga de la zona de confort.

Asumir que te comprometes a preparar tu presentación, en realidad esconde mucho más de lo que puede parecer.

En el libro Slyde:ology, la Atenea de las presentaciones Nancy Duarte afirma que crear una gran presentación de unos 60 minutos, puede requerir entre 36 y 90 horas.

¿Has echado cuentas, verdad? 36 horas son 2 horas al día durante más de medio mes. A eso me refiero cuando hablo de preparación.

Si quieres que tu ansiedad disminuya tienes que hacer los deberes, y evitar a toda costa subirte a un escenario con un material que no conoces o no has ensayado.

Preparar tu presentación supone cambiar de paradigma y asumir que la creación de tu discurso llevará horas, y el ensayo del mismo, también.

No hacerlo es jugar a la ruleta rusa, pero preparar tus discursos supone sacar todas las balas de esa “arma” (el miedo escénico) y asumir que por más amenazante que parezca, tu has hecho todo lo necesario para que en realidad sea inofensiva.

3- Estructura = Corto plazo

Pero amigo, la cosa puede ponerse más rigurosa y puedes encontrarte en el poco flexible terreno del corto plazo.

Puede que tengas tiempo para preparar tu presentación, pero, ¿qué pasa si no es así?

Tu peor enemigo en este caso, aquel que puede tocarte la espalda y hacer acto de presencia para que el horror aflore cuando estás haciendo una presentación, es la confusión.

Cuando el mensaje que transmites es confuso y difícil de seguir, tu público lo percibe, y lo que es peor, tú también.

Entonces comienzan los sudores y las ganas de que alguien desde el cielo te mande un tanque que caiga placidamente sobre ti y te aleje del escenario de la manera más inmediata.

De ahí que la solución sea el ABC de la oratoria; estrutura tu discurso.

Un consejo que encontrarás desde los libros de retórica clásica, hasta aquellos que enseñan a construir una charla TED que encandile a miles de personas.

Ahí van un par de consejos rápidos al respecto:

Utiliza la “estructura de toda la vida”

Simple y efectiva, divide tu idea en 3 grandes puntos principales (si necesitas más añade subpuntos), adelanta esos puntos de los que hablarás en el inicio, explícalos en el desarrollo, y recuerdalos en la conclusión.

Ten preparadas un par de estructuras por si tienes que improvisar, por ejemplo:

  • Cronológica, en la que puedes hablar de la evolución de algo o alguien en el pasado, el presente y el futuro
  • Problema/solución: habla primero del problema que existe y como tú equipo, producto o servicio puede resolverlo

Y ya está, en serio, es así de simple y complejo a la vez, pero en todo caso requiere que te plantees tu miedo escénico como algo que debe atajarse pensando de forma estratégica, e incluyendo acciones a largo, medio y corto plazo.

Para hacerlo recuerda la fórmula/método:

Práctica + Preparación + Estructura = Disfrute escénico


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