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86. 7 trucos sorprendentemente efectivos para comunicar mejor

trucos para comunicar mejor

En mi labor como docente, desde hace ya unos cuantos años, formo a un grupo de adolescentes de unos 16 años para que aprendan a hablar en público.

Es un proyecto especial, porque no es un taller puntual de un par de horas sino un proyecto en horario lectivo, que se extiende a lo largo de unos 3 meses, y que termina con cada uno de los alumnos haciendo un discurso persuasivo delante del resto de la clase.

Cada semana me planto allí durante una hora y les hablo de conceptos básicos de oratoria como la estructura de un discurso, la comunicación no verbal o el uso de apoyos visuales, y vamos practicando y dando forma al discurso que presentan al final del proyecto.

Cada uno de ellos tiene sus millones de preocupaciones y temas pendientes en la cabeza, bastante alejados de los míos, como son los exámenes, lo que unos opinan de otros, y todo eso sumado al enredo mental propio de su edad.

Así que cada clase a lo largo de esos meses me la tengo que currar.

Para que hagan los ejercicios que propongo, o incluso para que presten atención a las livianas explicaciones teóricas que les doy.

Tengo que llevar mi kit de recursos comunicativos preparado, con mis historias, dinámicas, pero también con mi capacidad de conectar a un nivel mucho más elemental, el que va de persona a persona.

Supongo que a esto se le llamará persuasión o algo así como capacidad de influencia, en todo caso, tiene que ver con la capacidad de comunicar con otras personas.

Lo que estás a punto de leer es ese kit de recursos y pequeños trucos que me suelo llevar a esas clases, al que he sumado un poco de investigación para dar con algunos trucos que te ayudarán a comunicar mejor en tus interacciones con otras personas.

1. Llama a las personas por su nombre

Ya lo decía Dale Carnegie en su libro Cómo ganar amigos e influir en las personas:

Recuerda que para cualquier persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en cualquier idioma.

Tratar por el nombre a tus interlocutores demuestra respeto y empatía, y en muchos casos funciona como un resorte mágico.

Cuando estoy dando formación y veo que alguna persona se me va apagando, zasca, le suelto un:

  • María, tú qué opinas.
    o,
  • Mario, se te ocurre algún ejemplo.

Y automáticamente reconectan con el momento presente y con la actividad que estamos haciendo.

Me pasa, por supuesto, con esos adolescentes a los que formo, así que trato siempre de memorizar sus nombres lo antes posible.

Además, suelo arriesgar bastante, si no recuerdo bien el nombre de alguno, me lo invento, y se acaban riendo con lo cómico que es llamar Eugenio a Miguel.

Lógicamente, este truco también funciona muy bien en las distancias cortas, de hecho, por eso es uno de los básicos en todo kit del comercial; preguntar cuanto antes el nombre de la persona con la que hablas.

Pero cuidado, no quieres parecer el comercial trasnochado de turno que no para de decir tu nombre hasta que la cuarta vez en la misma frase te resulta tan empalagoso que lo único que quieres es que te deje en paz por miedo a que te borre el nombre.

Por ello, usa el nombre de las personas de forma estratégica y sin pasarte, lo justo para establecer esa conexión y nombrando a la persona alguna otra vez mientras habláis.

Ya lo sabes, encontrarás el equilibrio a medida que vayas probando.

2. Haz preguntas abiertas

Sobre todo cuando estés hablando en un grupo reducido, o con otra persona, será inevitable que surjan preguntas.

De hecho la mayoría de las conversaciones empiezan con una:

  • ¿Qué tal estás?
  • ¿Dónde está el lavabo?
  • ¿Qué tengo que hacer?

Pero no solo son buenas al inicio de una interacción, las preguntas favorecen las buenas conversaciones, y de eso saben mucho las periodistas, los maestros o las psicólogas.

Y es que esto del arte de preguntar no es nada nuevo, Sócrates utilizaba la mayéutica hace ya unos 2500 años, que consistía en que sus alumnos alcanzaran el conocimiento por medio de preguntas.

Existen varios tipos de preguntas, pero si nos ponemos simplistas, podemos pensar que las preguntas pueden ser abiertas o cerradas.

Dentro de las cerradas tenemos aquellas que solo aceptan un sí o un no por respuesta, es decir, las preguntas dicotómicas.

De este modo, cuando hacemos preguntas cerradas, derivamos las conversaciones a callejones sin salida:

  • ¿Te ha ido bien el día?
  • ¿Te gusta la sopa?

Si o no, esas preguntas admiten poca respuesta más.

Por supuesto, puede ampliarse de forma natural la información por parte de quien responde:

No me ha ido bien el día, porque mi jefe me ha despedido. Te lo cuento…

Pero si queremos favorecer las conversaciones, podemos tomar el hábito de usar preguntas abiertas, que necesariamente requieran una respuesta más elaborada de quien responde:

  • ¿Qué te ha pasado hoy?
  • ¿Cómo te sientes?
  • ¿Cuáles son las comidas que más te gustan?

Utiliza el cómo, el por qué y el para qué en tus preguntas y verás que tus conversaciones se extienden y se convierten en más profundas e interesantes.

Ya lo sabes, a preguntar se ha dicho.

3. Adapta tu tono al de tu interlocutor

Cuando hablo del tono, en este caso, no me refiero a que modules tu voz si la persona que tienes delante habla más agudo o grave.

Igual que al escribir puedes hacerlo en un registro más formal o menos formal, al hablar también puedes variar ese registro, que podemos llamar tono.

Seguro que de forma natural no hablas igual a un cliente o a una jefa, que a tu pareja o amigos cuando te estás tomando una cerveza.

Ese ejercicio lo puedes estirar y llevarlo al terreno de las situaciones de comunicación diarias con diferentes personas.

Quizás conozcas la palabra rapport que en disciplinas como la PNL aparece constantemente.

La idea del rapport es la conexión o sintonía que sienten dos o más personas que se comunican entre sí.

Habitualmente se proponen ejercicios en los que una persona imita los gestos de otra sutilmente mientras esta le habla, y la teoría dice que ese baile de movimientos similares conecta o sintoniza a esas personas.

Personalmente siempre me ha parecido algo extraño empezar a rascarme la oreja si la persona con la que me estoy tomando un café lo hace, tengo la sensación de poder parecer algo así como un mimo en horas bajas.

Pero la idea de estar atento al tono y palabras que usa la persona y adaptar mi lenguaje a ello me parece muy interesante.

Si la persona con la que hablas usa un tono muy formal y palabras refinadas, puedes tratar de adaptar también tu tono y palabras a una sintonía similar.

Mientras que si hablas con alguien que usa un lenguaje más callejero, incluso diciendo tacos, quizás puedes jugar a hablar en ese registro para ver si encuentras un espacio común.

Esto tiene que suponer que te encuentres cómodo hablando en diferentes registros.

Conozco gente muy dulce para quien decir cachis es acercarse a la línea del lenguaje mal hablado. Dudo que esas personas suenen naturales tratando de hablar como el macarra del guetto.

Pero si no tienes problema en flexibilizar tu tono, te invito a que actives la consciencia de captar el tono de tus interlocutores cuando hablen.

¿Qué estructuras o palabras usan?

¿Cómo podrías usar tú estructuras en un tono similar para conectar con esas personas?

Solo es un juego de conexiones, así que te propongo que lo pruebes.

4. Escucha de forma activa

Aprender a comunicar también es aprender a escuchar, y escuchar es todo un arte.

Existen 6 consejos breves que reflejan una escucha activa, la cual te conectará con la persona que te habla de forma empática:

  1. Muestra que escuchas (por ejemplo asintiendo)
  2. Parafrasea (repite en tus palabras lo que ha dicho la otra persona)
  3. Respeta el silencio (hay personas que siguen hablando después de un rato de silencio para pensar)
  4. No interrumpas
  5. Permite en todo momento que la otra persona hable
  6. Ten en cuenta las emociones

Lo anterior es una versión de bolsillo de la información ampliada que puedes encontrar en estos episodios del podcast:

🎙️ 62. Escucha activa (las barreras)

🎙️ 62. Escucha activa (buenas prácticas)

5. Usa el humor

El humor genera distensión y conecta a las personas.

Como refleja de forma maravillosa la película La vida es bella, el humor ayuda a superar incluso las situaciones más adversas.

Es una película dirá alguien. Si, pero la premisa puede trasladarse perfectamente a nuestro día a día.

Seguro que puedes recordar situaciones que se han desatascado con el poder que tiene una broma o un chiste en un momento clave.

O recuerdas personas en tu vida que tienen la capacidad de usar el humor por defecto, y de paso ir alegrando la vida a las personas con las que interactúan.

Si te animas a hacer más espacio en tu vida al humor, ya verás como la conexión con las personas con las que te comuniques será mayor y más inmediata.

El consejo puede parecer vago, pero creo que no lo es, es casi un canto a tener una actitud de permiso en el día a día para que tu tono por defecto sea cordial, incluso divertido, porque no.

Y si ahora mismo estás pensando en que en tu vida o en tu trabajo tienes que ser serio, te invito a que reflexiones sobre una frase del escritor Gilbert Keith Chesterton:

Divertido no es lo contrario de serio. Divertido es lo contrario de aburrido, y nada más.

6. Pide feedback

Presento es territorio feedback, en esta plataforma trato de evangelizar sobre el poder de recibir retroalimentación de otras personas cuando comunicamos.

Pero lo cierto es que aún se trata de un hábito poco extendido en contextos profesionales.

Rara vez haces una presentación y le sugieres a tu compañera que anote lo que más le ha gustado y aquello que puedes mejorar, y que te lo diga después en la tranquilidad de tu oficina para que puedas hacer cambios de cara a la siguiente presentación que hagas.

Pues ¿sabes qué? Si no lo haces no sabes lo que te estás perdiendo.

La costumbre de dar y recibir feedback puede revolucionar tu forma de comunicar.

Sistemas de aprendizaje como el de los clubes de oratoria Toastmasters basan su método en las evaluaciones, diría, de hecho, que esa es la clave de su éxito.

Así que no se me ocurre mejor consejo que el de acostumbrarte a pedir feedback.

  • Puedes pedirlo después de hacer una charla.
  • Al dar formación, con formularios de propuestas de mejora o de forma más distendida.
  • O por qué no, incluso al redactar un mail.

Además, si identificas alguna persona en tu entorno que es especialmente hábil en alguna situación comunicativa, pídele que te evalúe a ella, porque los consejos que te dará, posiblemente, serán de mayor calidad.

7. Se directo

A ver si te ha pasado lo siguiente alguna vez.

Alguien te pregunta:

¿Qué opinas sobre este tema de actualidad?

Empiezas a hablar, generas tu opinión a medida que hablas, te vas haciendo un lío, notas cómo la otra persona arquea las cejas y pone cara de poker porque no se entera de nada, tú te pones nervioso y tu respuesta se enreda cada vez más…

Cuando enseño técnicas de improvisación para responder preguntas no preparadas, siempre hablo de algunos hacks genéricos que pueden ayudar a responder de forma más clara, y uno de ellos es:

Se directo.

Es decir, cuando te pregunten, algo responde primero de forma breve y directa, expresando en una frase la versión resumida de lo que opinas.

Para ello quizás necesites hacer una pausa y pensar antes de responder, y después comenzar con aquello que puede considerarse tu tesis sobre lo que te han preguntado.

Una vez lo hagas, podrás extenderte y argumentar aquello que opinas, por ejemplo con historias, datos o ejemplos concretos, pero de inicio habrá quedado clara tu postura.

De hecho, como proponen algunas técnicas de improvisación, puedes terminar tu intervención recordando cuál era la opinión que has dicho al inicio de la respuesta, haciendo algo así como un sándwich en el que las rebanadas superior e inferior son esa opinión directa, y el contenido del centro es la argumentación extendida.

Por ejemplo, imagina que alguien me pregunta:

¿Qué opinas sobre el aumento del bullying en el colegio?

Mi respuesta podría ser algo así:


Creo que es el mayor problema al que se ha enfrentado este centro en toda su historia y deberíamos tomar medidas drásticas de inmediato.

  • Los datos nos dicen que ha aumentado…
  • Detrás hay personas, como la chica que sufrió bullying el año pasado en secundaria…
  • (Sigues elaborando todos los argumentos que quieras)

Por eso creo que es el mayor problema al que se ha enfrentado este centro en toda su historia y deberíamos tomar medidas drásticas de inmediato.


Practica

Ya tienes tarea para practicar en tus próximas interacciones con otras personas, te sugiero que elijas alguno de los trucos o consejos de los que hemos hablado hoy y empieces a practicar, recuerda:

  1. Llama a las personas por su nombre
  2. Haz preguntas abiertas
  3. Adapta tu tono al de tu interlocutor
  4. Escucha de forma activa
  5. Usa el humor
  6. Pide feedback
  7. Se directo

Y hablando de ser directo:

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Recursos mencionados

62. Escucha activa (las barreras)

62. Escucha activa (buenas prácticas)


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